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GRACIAS AL CONSUMO DE ESTA NUEVA FORMULACIÓN, QUE REEMPLAZA AL MAÍZ Y AL TRIGO, LOS HUEVOS QUE SE OBTUVIERON SON MÁS SALUDABLES Y ALIMENTICIOS.

La investigación fue desarrollada por un grupo de académicos de la Universidad de Talca, junto con agricultores y profesionales del Maule.

Huevos más sanos y saludables, con un aumento de 15% en la cantidad de proteínas, 20% más de energía, un descenso del 3% en grasas saturadas, y 50% menos de colesterol, además de una caída de hasta un 80% en los niveles de sodio se lograron en la producción de huevos de gallinas alimentadas con un “súper alimento”, desarrollado por académicos de la Universidad de Talca e investigadores asociados al área de agronomía.

Este innovador alimento para aves ponedoras podría reemplazar el tradicional, basado en trigo o maíz, y es elaborado con productos que normalmente son considerados como desechos en la cadena productiva.

“Los resultados son bastante promisorios y tenemos una mejora real.  Si bien no logramos aumentar el tamaño del huevo, sí mejoramos sus características nutricionales”, detalló el profesor Héctor Quinteros, quien junto a los académicos Fernando Cataldo y Diógenes Hernández, lideran el equipo de científicos de la Universidad de Talca, que está probando, mejorando y validando diversas recetas de alimento de aves.

Las fórmulas que se han ido probando fueron elaboradas en conjunto por los académicos de la UTalca con un grupo de investigadores externos, liderados por el agrónomo Francisco de la Peña, quien ha trabajado en la crianza de gallinas de postura, utilizando métodos ancestrales.

El “súper alimento” no contiene los cereales tradicionales, ni aditivos sintéticos. Se confecciona con una mezcla de residuos hortofrutícolas y desechos de productos del mar, teniendo como base una mezcla de cereales, pero que son de producción nacional.

“Aquí hay una innovación. Este alimento no se elabora con los cereales tradicionales, que han subido mucho sus valores debido a la inflación y la contingencia de la guerra en Europa. En contraste, nuestro producto se genera a partir de recolección de insumos orgánicos en ferias libres y bordes costeros, con materia prima que normalmente se desecha.  Esto causa un efecto económico virtuoso para esos sectores y las familias involucradas, promoviendo la economía circular”, señalaron los investigadores.

El nuevo alimento fue bien recibido por las gallinas de libre pastoreo.  “Vimos que, a diferencia de las gallinas de confinamiento o enjauladas, las gallinas libres o free-grange, consumían y preferían nuestro alimento por encima incluso del tradicional”, recordó de la Peña.

El producto se podría generar a nivel industrial y así llegar a más productores con un alimento de bajo costo y buenas características nutricionales. “Lo más importante es que el proyecto logró generar y probar métodos para alimentación animal, utilizando materias primas alternativas y de bajo costo, las cuales permitirán en el futuro generar otras fórmulas para distintos usos”, subrayó el profesor de la UTalca, Diógenes Hernández.

 

“HUEVO EN POLVO” Y COLESTEROL 

Los investigadores de esta Casa de Estudios se propusieron también buscar nuevas alternativas de producción y comercialización de los huevos. En particular, teniendo en cuenta la inflación y el valor del trigo, que desincentiva la crianza de gallinas y la producción de huevos frescos.

“Buscamos generar productos derivados. Por ello, hicimos variadas pruebas de valorización de residuos.  Quisimos dar valor agregado al huevo. Por ejemplo, desarrollamos un huevo en polvo que conserva bien sus propiedades organolépticas, y que sería adecuado para hacer mayonesa o para repostería”, explicaron.

Otro uso valioso es la producción de colágeno que tienen los huevos, que se ubica en la membrana que recubre la clara, debajo de la cáscara. “Eso normalmente se tira como basura, pero contiene casi un 100% de colágeno”, destacó Quinteros.

“Esperamos expandir esta investigación a otras formulaciones, no sólo con gallinas, sino que también con otros animales”, adelantaron.

El proyecto, que se desarrolló con financiamiento del Fondo para la Competitividad Regional del Maule (FIC), tiene como objetivo transferir el conocimiento generado a pequeños y medianos productores de ese territorio.