EL PROFESOR DE CIENCIA POLÍTICA DE LA UNIVERSIDAD ESTATAL DE O’HIGGINS (UOH), HÉCTOR MILLAN, ANALIZÓ LA VISITA DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA A LA REGIÓN.
El reconocer que ha habido “actos de carácter terrorista” en La Araucanía marcó la primera visita del Presidente Gabriel Boric a la zona, y en tal sentido el profesor de profesor de Ciencia Política de la Universidad Estatal de O’Higgins (UOH), Héctor Millan, planteó que “la primera tensión que se produce al reconocer terrorismo es que genera un escenario de responsabilidad política en donde las medidas de corto plazo deben ponerse en acción en conjunto con aquellas de largo plazo. En este sentido, la activación de la ‘mano dura’ debe ir de la mano con reformas de carácter más estructural como la superación del centralismo o la pobreza en la región”.
El Magister en Ciencia Política y Doctorando en Procesos e Instituciones Políticas añadió que “la idea de ‘mano dura’ requiere necesariamente de implementar herramientas a las policías para que puedan realizar este tipo de tareas, situación que a parte de la coalición de gobierno le es compleja especialmente luego del accionar de las fuerzas policiales y militares post estallido social”.
Asimismo, agregó que “esta decisión de mostrar preocupación por la seguridad en la zona viene de la mano con un nuevo framing ya que, en concreto, el gobierno optó por lanzar un Plan contra el crimen organizado, lo cual pone el acento en los posibles medios de financiamiento de aquellos grupos relacionados con la violencia en la denominada Macrozona Sur”.
Millan añadió que “apuntar a políticas de seguridad le permitirá al gobierno retomar la agenda, tal vez con la esperanza de mejorar la alicaída popularidad del ejecutivo. En este sentido, el plan contra el crimen organizado lanzado en este contexto puede representar una interesante estrategia para retomar la agenda política”.
EVOLUCIÓN DEL CONFLICTO
El docente de la UOH comentó que al ser un conflicto de carácter histórico, “es altamente discutible esperar grandes avances en la relación del Estado chileno con aquellos grupos violentistas”. Pero, acotó, “puede ser un avance significativo optar por la lucha en contra el ‘crimen organizado’, ya que esta conceptualización permite hacerse cargo del conflicto armado sin necesariamente generar un discurso o relato que relacione el conflicto con ‘activistas’ mapuche. Lograr esta separación puede ser considerado un gran avance político que permitiría generar consenso entre la coalición de gobierno y la oposición”.
Sin embargo, sostuvo que en el actual escenario político será complejo: “Esto se ve reflejado con las críticas contradictorias que la visita del presidente Boric ha recibido. Por una parte, se ha polemizado sobre una posible estadía del presidente en un recinto militar (situación descartada por el alcalde de Temuco y por el gobierno) así como por el dispositivo de seguridad desplegado por esta visita. La paradoja está en que para parte importante de la oposición la Macrozona Sur es un territorio en donde la violencia está presente (violencia terrorista) y por otra parte esperan que el presidente no despliegue la protección adecuada al visitar la zona. Un problema histórico como el que enfrenta la Macrozona difícilmente verá mejoras si los diversos sectores políticos no concuerdan sobre aspectos tan básicos como el relatado”.